lunes, 4 de septiembre de 2017

De heliántemos y cítisos II

La primera documentación de la palabra "crisántemo" en español se registra en el Dioscórides del doctor Laguna (Amberes, 1555): allí aparece ortografiado chrysanthemo, sin tilde (en el siglo XVI no se solía escribir el acento), pero sostiene Valentín García Yebra que "era sin duda una palabra esdrújula"; y asimismo lo es en su primera aparición en el Diccionario de autoridades (1729), donde ya lleva acento y una ortografía algo absurda: chrysántemo (¿por qué quitar la H a la th, y dejársela a la ch?  Cosas de la Real).

Según García Yebra (Diccionario de galicismos, s.v.) la razón del cambio de acento pudo ser la influencia del francés chrysanthème a lo largo del siglo XVIII.  Esto es muy verosímil, y demostrable para muchas otras palabras, incluida el italiano crisantèmo.  Pero este cambio de acento, esto que llamaré "allanamiento de una esdrújula" o "esdrújula allanada", se explica fácilmente como simple error de lectura: puesto que en latín no hay tildes, y el castellano tiende a la acentuación llana, lo más normal es que cualquier castellanohablante (¡incluidos los latinistas!) lea la palabra latina (erróneamente o no) con acento castellano.

Hablo por experiencia.  Llevo toda la vida creyendo que el madroño es el Arbútus unédo, hasta que me molesté (no hace mucho, lo confieso) en comprobar que la primera U y la E son breves.  Sin compasión me apliqué un par de azotes, y ahora ya digo (cuando me acuerdo) Árbutus únedo.

No obstante, yo aquí me atrevo a garantizar sólo los acentos latinos, pues los castellanos a veces responden a evoluciones y juegos de analogías inextricables.  Es el caso del cítiso, en latín sin duda esdrújula, cytisus (pronunciado /kýtisus/) con la I breve.  La acentuación llana del castellano está bien documentada, por ejemplo en estos versos de La noche toledana, comedia de Lope de Vega, donde citiso asonanta con lirio (aquí, por cierto, de tono azulado):

          Allí el pinte azul y rojo,
          la salvia, el cárdeno lirio,
          el alhelí como jaspe,
          los claveles y el citiso.

Pero es que, además, existe un doblete vulgar en la palabra castellana codeso: en ella los fonemas de *cutisu (la forma vulgar, previsible, de partida, desde el clásico cytisus) evolucionan de manera regular.  Ahora bien, lo que no hay quien se explique es el cambio de acento.  Corominas, con poca convicción, aventura una posible influencia de narcissus y cupressus.  Pues quién sabe.

Parece que el griego κύτισος /kýtisos/ designaba en origen la Medicago arborea, un árbol norteafricano.  Más tarde ya vale "retama" o "genista", como el cytisus romano.

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