sábado, 25 de agosto de 2018

Alchemilla

El amigo P.A. pregunta si Alchemilla es palabra llana o esdrújula.  Es llana: la pronunciación que tengo por buena es /al-ke-míl-la/.  En la voz alchemilla se juntan varias dificultades típicas, de las que algo he escrito ya, pero no me importa repetir.  Por un lado, está la pronunciación del dígrafo CH, que yo recomiendo pronunciar siempre /k/, sin hacer caso de la H.  Por decir algo nuevo, hago una breve historia de ese dígrafo.

Existe en griego una letra, la Χ /ji/, cuyo sonido era más o menos el de nuestra jota.  Ese sonido rasposo de garganta, que tienen nuestra jota y la ji griega, y que es como el de una K a la que se le escapara el aire, no existía en latín: eso permitió emplear esa letra para el uso que aún le seguimos dando, con el nombre de equis.  (Nuestra X y la ji griega son, pues, la misma letra, aunque le atribuimos sonido diferente.  No deja de tener su gracia que, siglos después, la X romana haya recuperado en México el valor que, con el nombre de ji, tuvo en Mileto.)

Ahora bien, con el tiempo los romanos llegaron a ser tan admiradores de Atenas como lo es de Nueva York Jordi Hurtado, y lo mismo que éste ya no dice "qué maja la vista" sino "qué glamur tiene el escailain de Cuenca", los romanos finolis no ponían una lámpara de bronce en el salón, sino un lychnus argyrocorinthus en el oecus, que quedaba más elegante y más griego.  Hablar a la griega era lo fino para el romano de su siglo de oro, como lo es hablar inglés en éste de acero corten.  (Los gramáticos nos tronchamos con estas cosas, pero vete a saber si dentro de un tiempo nadie sabe qué significa "contorno", "perfil" o "silueta" y todo el mundo dice escailain.  ¿No los llamaban en Roma suspiriosos?  En Grecia les decían asthmáticos: ahora daría risa confesarse suspirioso.)

El caso es que muchas palabras griegas entraron al latín por esta vía de la imitación más o menos pretenciosa.  Y ¿cómo representar en latín el sonido de la ji, esa K a la que se le escapa el aire?  Pues así, claro, con el dígrafo CH: la C representa el sonido /k/ y la H la fuga de aire.  Así nace la CH en latín.  Sin excepción, que yo recuerde ahora, toda CH del latín clásico es transcripción de una X griega, o bien es un capricho ortográfico.

Hay, como se ve, buenas razones para pensar que en latín clásico la CH se pronunció /j/ en más de una ocasión; pero con el tiempo esa pronunciación, ajena a la lengua, fue generalmente sustituida por el sonido /k/, y hasta se hacía burla de la pronunciación a la griega, por afectada y ridícula.

Otro problema es pronunciar la LL.  En latín abundan las consonantes geminadas (TT PP MM NN RR LL etcétera): siempre que hay consonantes geminadas, una frontera las separa: van cada una en sílaba distinta.  O sea, que se pronuncia /ap-petítus/ y /in-nokéntia/ y /cúr-rus/ y /stél-la/.  De modo que la doble L se debe pronunciar justo así, como doble ele, nunca con el sonido de la elle castellana (que, dicho sea de paso, también está el pobre de capa caída).

En cuanto al acento de Alchemilla (y este es el tercer problema, y por el que pregunta P.A.) se podía prever que es palabra llana por el hecho de tener una consonante geminada ante la última vocal.  Si la sílaba penúltima acaba en consonante, la palabra es llana.  Así lo son /Ravén-na/ y /pulsatíl-la/ y /biscutél-la/ y /buglós-sa/ y /cryptográm-ma/.  (Intenté explicar esto en las entradas ¿Gypsóphila o Gypsophila? y ¿Mesófilo o mesofilo?, al comienzo de este cuaderno.)

Pero, a todo esto, ¿qué significa Alchemilla, de dónde viene la palabra?

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