miércoles, 10 de julio de 2019

Vagabundia

Ayer hablaban por radio de Periplaneta (nombre que la zoología concede a ciertas cucarachas, por ejemplo la roja o P. americana):  "Este insecto --decían más o menos-- se extiende por todo el mundo, como lo indica su nombre, que significa alrededor del planeta..."  He tratado de comprobar si en efecto aquella especie es cosmopolita pero es más bien friolera y nunca abandona la zona de temperaturas cálidas.  Aquella etimología, pues, no es exacta.

Cierto que περί /pe-rí/ significa "alrededor", pero hoy damos a la palabra planeta un valor muy distinto del que tuvo en su origen.  Nadie llamaría hoy planeta al sol ni a la luna: todo el mundo sabe que el primero es una estrella y el segundo un satélite.  La ciencia es tan estricta con esa palabra que no hace mucho desplanetó a Plutón, por dar vueltas como no debía.  Para los griegos de hace dos mil años, sin embargo, tanto el sol como la luna (o Mercurio, Venus, Marte y cualquier astro visible por nosotros del sistema solar) es πλανήτης /pla-neé-tees/ "errante", puesto que vaga, camina, traza su caprichosa senda sobre el fondo inmutable de las estrellas fijas.

Del verbo πλανάω "vagabundear" deriva una buena porción de palabras griegas (como πλανήτης, o como πλάνος, que designa al charlatán que va de feria en feria) y asimismo palabrejas técnicas como periplaneta (cuyo significado sería más bien "que vaga en torno" o "errante por los alrededores", buen nombre para cucaracha).  También las hay botánicas, por ejemplo planeta, que en botánica, según el diccionario de Font Quer, es sinónimo de zoóspora (espora con movimiento propio), y además planetismo, planócito, planococo, planozigoto y muchas otras que empiezan por plano- con el sentido general de "móvil".  (Hay que excluir algunas, claro está, como planícola, o planozono, donde no está el griego πλάνος "divagante" sino el latín planus "llano".)

A esta serie hay que añadir la que empieza por aplano-, con el prefijo negativo ἀ- y por tanto con el sentido contrario de "inmóvil": aplanogámeta, aplanogonidio, aplanóspora...  Ahí están, en el diccionario mentado, en su orden alfabético.

Con el verbo πλανάω se relaciona otro, πλάζω /plá-dsoo/ propiamente "estar extraviado", quizá por culpa de Ulises, el héroe necesitado de GPS por antonomasia, al que Homero describe nada más empezar la Odisea como ὃς μάλα πολλὰ πλάγχθη "el que anduvo muy perdido".  En cualquier caso, de πλάζω viene no solo ese aoristo πλάγχθη sino también el adjetivo verbal πλαγκτός "errabundo", de cuya forma neutra viene nuestro plancton (sería más propio llamarlo plancto pero para evitar la confusión con las plañideras dejémoslo así) que designa a los animálculos arrastrados de las corrientes marinas.

Mirando estos asuntos acabo de enterarme de que además de plancton hay pleuston (derivado del verbo πλέω "navegar") que designaría a los seres vivos no diminutos que vagan por las aguas; Ulises y sus camaradas, pues, con su tamaño porcino (Atenea me perdone), no entrarían en el plancton, sino en el pleuston.

La raíz de πλάζω tiene muchísimos parientes, como πλάγιος "oblicuo" (en botánica plagiotropismo, por ejemplo; también de ahí nuestro plagio o robo intelectual) o el latín plango "darse golpes de pecho", "llorar" (aquí entran nuestras plañideras), y se sospecha además que es la misma de πλήσσω /pleés-soo/ "golpear" (y aquí tendríamos que dar cabida al plectro, a la apoplejía y a muchas palabras más), así que mejor quedémonos aquí, que ya está bien.

No hay comentarios:

Publicar un comentario