Reflexiones en torno al latín como lengua de la botánica. Rem herbariam non perficiunt nomina, sed observationes, et descriptiones accuratae (Pietro Bubani).
miércoles, 8 de julio de 2020
Rojo V
En griego moderno el adjetivo "rojo" es κόκκινος /kók-ki-nos/. Κόκκινος deriva de κόκκος "semilla", "pepita", y de nuevo el granum da nombre al rojo, aunque en este caso de un modo distinto. Pues, en efecto, κόκκος /kók-kos/ designa el grano de una granada o la semillita de la adormidera, pero también a la cochinilla de la coscoja, animalito que, como es sabido, ha proporcionado otro de los colorantes rojos de origen biológico utilizables en tejidos.
De hecho, ese vermis o bichito de la coscoja no sólo da nombre a la coscoja misma (que por el κόκκος se llama coccifera, esto es, "que lleva cocos"), sino también al rojo que provee, ya que de vermis (en latín "gusano") viene vermilio, y de vermilio viene nuestro bermellón. En persa "gusano" se dice kirm, y de esta voz viene a su vez el castellano quermes (la coscoja en francés se llama chêne-kermès) y también los nombres de color carmín, cramoisi, crimson &c.
No soy muy de citar a obispos, pero hablando de gusanitos haré una excepción con el doctísimo Isidoro de Sevilla, que en sus Etymologiae xix 28 1 dice: Κόκκον graeci, nos rubrum seu vermiculum dicimus; est enim vermiculus ex silvestribus frondibus "Los griegos lo llaman coco, y nosotros lo llamamos rojo o gusanillo; pues se trata de un gusanillo del follaje silvestre". Vermiculus es, en efecto, el diminutivo de vermis. ¿Y qué da vermiculum en castellano? Si oculum da ojo, si corniculum da cornejo, si speculum da espejo... Lo ha adivinado usted: vermiculum da bermejo, claro; otro nombre más del "rojo".
Veo que hay dos cochinillas de las que se ha sacado el tinte carmín: una es el Kermes vermilio Planchon 1864, o cochinilla europea, parasita de Quercus (ésta debe de ser la aludida por el griego κόκκος, el latín coccus y el bueno de Isidoro); la otra es el Dactylopius coccus Costa 1835, o cochinilla americana, parasita del nopal, de la Opuntia. La cochinilla mexicana aún se cultiva en México y Canarias y su producto es el aditivo alimentario E-120. En todo caso, la voz cochinilla (derivada de coccinus "rojo") provoca a confusión, pues tanto el quermes europeo como el americano son al parecer hemípteros, y no se deben confundir con ese isópodo que tocas con el dedo y se hace bola, que en Francia llaman cloporte y en español llamamos también cochinilla (derivado, según el DRAE, de cochino; aunque no veo el parecido con la cerda).
Pues bien, en botánica he encontrado huellas de coccineus "rojo" en los nombres de un par de algas (Heterosiphinia coccinea, Aspericaulon coccineus), y en una parasita de las cistáceas llamada Cynomorium coccineum, cuyo nombre genérico significa "polla de perro", y cuya vista y color rojizo dejan claro que hemos de entender "polla" en la más obscena y peninsular de las acepciones (μόρια "las partes" es lo mismo que virilia o verijas).
Entre los antófitos también hay huellas del κόκκος: la judía pinta, que nos da esas ricas feixoadas de color chocolate, se llama Phaseolus coccineus; y hay una Pyracantha coccinea donde ya el color rojo viene anunciado en el género (Pyracantha: "espina de fuego").
No quiero olvidar aquí, aunque no sea vegetal, a la otra cochinilla, la Coccinella septempunctata o mariquita de siete puntos, cuyo nombre genérico también deriva, claro está, del color κόκκινος, llamativamente colorado, de sus élitros, y es étimo muy probable de cochinilla.
Querría haber puesto una foto de quermes, pero no tengo, o de mariquita, pero no encuentro. Así que pongo una de mis tomates: dicen que el color rojo avisa de la toxicidad, pero el de mis tomates anuncia el más exquisito disfrute gastronómico...
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Como no puedo entrar a comentar etimologías, en vez de quedarme callado que es lo que debía, comento que nunca he observado cochinillas en las coscojas, si bien es verdad que por donde vivo no hay dicho arbusto. Y ya puestos, una pequeña observación: Cynomorium es una planta vascular parásita que vive en la mitad sur de la península y tiene una forma muy apropiada para recibir el nombre que nos descubres en el género, y un color rojizo como comentas.
ResponderEliminarMuchas gracias, Daniel, por tu atenta lectura y por tu corrección: ¡cuántas barbaridades no habrá dejado caer aquí mi ignorancia! Pero con las correcciones de los amables lectores esto puede mejorar. He quitado la palabra "hongo" que alegremente infligí al Cynomorium, quizá pensando en el Phallus impudicus famoso... En fin, excusas fuera, por pura ignorancia.
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