Es evidente que nada tienen que ver unos géneros con otros: con género botánico hablamos de biología, mientras los géneros gramaticales son asunto de filología. Lo que sigue parecerá, quizá, muy elemental a la mayoría de lectores de más de, pongamos, cuarenta años; pero he observado en los más jóvenes cierta perplejidad ante este asunto, y voy a intentar explicarlo, si puedo, con claridad. Discúlpenme, por mor de la buena intención.
Ninguna norma establece que los binomios lineanos hayan de estar formados por un sustantivo y un adjetivo. Por ejemplo, en Canis lupus tenemos dos sustantivos, canis "perro" y lupus "lobo" (si bien, por cierto, haríamos mal traduciendo Canis lupus por "perro lobo", en vez de "lobo" a secas). Ahora bien, frecuentísimo, tal vez lo más frecuente, es que el primer elemento del binomio sea un sustantivo, y el segundo un adjetivo que expresa un rasgo de color (como en Centranthus ruber) o de forma (como en Ailanthus altissima) o de origen (como en Olea europaea) u otros.
Este tipo de binomio, formado por un nombre y un adjetivo, protagoniza el texto presente. La cuestión es que nombre y adjetivo deben concordar, esto es, no discrepar en género gramatical. En la frase el árbol está torcida, la palabra árbol (masculina) casa mal con torcida (femenina): discrepan nombre y adjetivo y por ello la frase es agramatical o, si se quiere, incorrecta. En latín ocurre exactamente lo mismo, sólo que en ese idioma no hay dos géneros, como en castellano, sino tres: además del masculino y el femenino, los romanos disponían del género neutro.
Género gramatical es un rasgo de las palabras que, en origen, tiene que ver con ser hombre o mujer, esto es, con el sexo masculino o femenino. El neutro de los romanos (y de otros muchos idiomas) sería en principio atribuible a las cosas. Ahora bien, eso sólo es en principio, porque en la historia de las lenguas el asunto se ha complicado enormemente, y carece de sentido relacionar género con sexo. ¿Por qué el sol es masculino y la luna femenina? (En alemán se dice die Sonne "la sol", y der Mond "el luna".)
A estas alturas, dejémonos de historias, un sustantivo es masculino si lleva adjetivo masculino, y femenino si lleva adjetivo femenino, y poco más hay que decir. (El idioma inglés en rigor carece de género, pues sus adjetivos no lo marcan: el género en inglés es cosa residual.)
No sé si algún lector ha llegado hasta aquí. Si tiene paciencia, a continuación diré cómo son los adjetivos en latín.
Hay dos tipos básicos de adjetivos: unos son así (lo llamaremos tipo A/O):
alba albus album
y otros son de este modo (digamos tipo I/C):
viridis viride.
Como se ve, A/O distinguen femenino (alba), masculino (albus) y neutro (album). En cambio I/C mezcla en una sola forma el femenino y el masculino (viridis) y sólo diferencia el neutro (viride). Los del modelo A/O han dado en castellano adjetivos que distinguen género (roja, rojo; buena, bueno; alta, alto), mientras que el modelo I/C latino ha dado en castellano adjetivos que no lo distinguen (verde, torpe, feliz).
Ahora bien, un binomio lineano es en cierto modo un sintagma gramatical, y si el género es un nombre, y la especie un adjetivo, ambos han de concordar, esto es, coincidir en género (femenino, masculino o neutro), tal como se ha dicho arriba.
Veamos, pues, ejemplos botánicos del modelo A/O, con el adjetivo "blanco".
En la forma femenina encuentro por ejemplo una Artemisia alba, una Centaurea alba, una Brionia alba, una Osyris alba; basten estos ejemplos (el adjetivo está también en la ontina, Artemisia herba-alba, literalmente "hierba-blanca").
En la forma masculina encuentro Asphodelus albus, Amaranthus albus, Dictamnus albus, Lupinus albus, Melilotus albus...
En la forma neutra hay Allium album, Arrhenatherum album, Chenopodium album, Corema album o Empetrum album, Galium album...
¿Así pues, si un género botánico lleva como específico album, ese nombre es neutro? Precisamente. Y será femenino si lleva el adjetivo alba, o masculino si lo acompaña el adjetivo albus.
Del modelo de alba/albus/album (que llamamos A/O) hay muchos otros adjetivos, por ejemplo alpina/alpinus/alpinum o (diré sólo la forma femenina, ahora que estamos en era reivindicativa, y por no alargar) corniculata, hybrida, maritima, montana, rigida, tomentosa... Se comprende que la lista es enorme y para ejemplo he tomado unos pocos al azar.
Veamos ahora ejemplos del modelo I/C, a base del adjetivo "verde".
En femenino hallo Dactylorhiza viridis, Mentha viridis, Salvia viridis, &c, y en masculino Amaranthus viridis, Helleborus viridis, Polypogon viridis, &c. Bien se ve que el adjetivo en estos casos no permite distinguir más género que el animado (como se llama al femenino-masculino).
En neutro o inanimado, encuentro Asplenium viride, Coeloglossum viride, Panicum viride, &c (Dicho sea de paso, ese Panicum ha de acentuarse /pa-níi-cum/ si tienen razón quienes consideran que la I es larga --y debe de serlo, pues es el étimo de nuestra voz panizo. Así, pues, nada tiene que ver con el pánico, que, como se sabe, deriva del nombre del dios Pan.)
Del modelo de viridis/viride, (que hemos llamado I/C), existen muchos otros adjetivos como campestris/campestre o (diré sólo la forma animada) hortensis, humilis, litoralis, monspelliensis, saxatilis, terrestris...; la enumeración no sería menor que la del otro tipo de adjetivos.
No hay comentarios:
Publicar un comentario