martes, 20 de septiembre de 2022

Tefróseris y arnóseris

 


Entre quienes nos juntamos por amor a lo verde, André y Evelyn brillan por su extraordinaria afición a los peñascos lindantes con las nubes, afición exhibida a una edad que a muchos recluye en el sofá, mientras ellos trotan por las cumbres con entusiasmo de cachorros.  Más montañeros que botánicos, tienen un ojo para las plantas que ya quisieran para sí muchos fitólogos.

Pues bien, no hace mucho que Evelyn y André han encontrado las flores de la imagen, identificadas como Tephroseris integrifolia, en un lugar del Pirineo donde había sido citada esa especie, aunque durante largo tiempo no vista de nuevo.  La fotografía, si no me equivoco, es de A. Vives.

La voz tephroseris, donde es reconocible el primer elemento, "ceniza", me trajo a la memoria la Arnoseris minima (una flor ya aparecida aquí y cuyo elegante pie se eleva desde un hilito purpúreo para ensancharse en la copita verde vivo sobre la que asienta la cabezuela amarilla) y me incitó a sacar el común denominador y buscar su significado.

Σέρις /sé-ris/ significa en Dioscórides "achicoria", como sinónima de κίχορα o κιχόρεια o κιχόρη o κιχόριον, pues de todas esas formas (las dos primeras plurale tantum) consta en los diccionarios la que en latín figura como cichoreum o cichorium (transcripción de la última forma griega que, sea dicho de paso, parece un diminutivo).  En general se admite que σέρις es el Cichorium intybus, si bien parece en otros pasajes designar algún tipo de Sonchus u otra compuesta.

Κιχόριον sonaría más o menos ki-jó-ri-on, aunque, según nuestros hábitos, cichorium se pronunciaría ki-kó-ri-um.  Ín-ty-bus también sería esdrújula (la Y es breve).

Hablando de achicoria, aprovecho para mencionar el origen de ese intybus específico, que parece griego (la planta se llamó ἴντυβος en ese idioma), pero la voz es más antigua en latín (intubus, intiba) y de aquí lo tomó en préstamo el griego (ἔντυβον parece su primera forma, en los geopónicos).  Chantraine y otros estiman que la palabra debió de ser tomada de alguna lengua semítica.  Sea como fuere, intiba o ἔντυβον es el origen de nuestra palabra endibia y de las correspondientes formas romances (endive, endívia &c), que Corominas considera tomadas por vía del árabe.  Ahora se acostumbra a escribir endivia, con V, quizá por influjo del francés, idioma favorito de los cocineros.

El primer elemento de arnoseris es, casi seguro, la voz griega ἀρήν /a-reén/ "cordero" (genitivo ἀρνός /ar-nós/).  El significado literal de Arnoseris sería, pues, "achicoria de oveja".  No encuentro en la terminología lineana otras voces con el elemento arno-, pero en Dioscórides hay un ἀρνόγλωσσον (literalmente "lengua de cordero"), nombre de un llantén, en concreto, según algunos, la Plantago asiatica.  Sinónimo de ἀρνόγλωσσον en la Materia medica es también ἀρνείον "llantén" (literalmente "ovino").

En cuanto a Tephroseris, σέρις va aquí precedida de la voz griega τέφρα /té-fraa/ "ceniza" o (quizá mejor) del adjetivo τεφρός /te-frós/ "ceniciento".  Estoy casi seguro de que el nombre describe el aspecto gris que dan a sus hojas los largos pelillos, especie de abrigo, si no me equivoco (como el pelo del yak o el plumón del pollo), esto es, el método con que el vegetal se protege de las bajas temperaturas alpinas.  Aquí el prefijo tephro- viene a dar la nota de color que habitualmente se expresa con el adjetivo cinereus /ki-né-re-us/ "gris", literalmente "ceniciento", que acompaña a una Scabiosa, una Potentilla, un Helianthemum, etc.

Con el mismo origen (τέφρα o τεφρός) he registrado un género de legumbres Tephrosia, pero como sus especímenes se encuentran más bien lejos de aquí, en África y el Extremo oriente, mejor olvidémonos de ellos.

[Mientras corrijo esta página oigo anunciar por la radio no sé qué producto salvífico producido a base de crocus sátivus (así acentuado, esdrújulo).  No me queda más remedio que contradecir desde esta modesta tribuna tan pavorosa acentuación, pues sativus es en latín palabra llana (ya que su I es larga).  Me digo a mí mismo que muy mal oído debe de tener quien recomendara pronunciación semejante, pues el sufijo -ivus es tan frecuente en latín como su resultado en castellano: consecuentes con tal oído, quizá tendríamos que decir nócivo, primítivo, abúsivo, áctivo, mótivo, caritátivo, adhésivo...  Ya digo, muy mala oreja.  No, no, Crocus sativus, satívus, como si dijéramos sembrativo (satus "sembrado"; sator "sembrador"), esto es, "croco de siembra" o "croco cultivable", que es lo que significa ese binomio botánico.]