El lector con interés por la botánica estará sorprendido por las prolijas e inútiles aclaraciones que preceden, pero he optado por no suprimirlas: evidencian cuán sordo se puede vivir a los valores de una palabra con la que uno tiene, sin embargo, trato frecuente. Porque por fin he leído todas las acepciones de ἀνάβασις en el diccionario (uno siempre lee las entradas lo justito para encontrar respuesta a lo buscado, pero sigue, como en la vida misma, ciego a una gran cantidad de información) y, sí, ahí estaba, en quinto o sexto lugar, la acepción botánica.
En Dioscórides ἀνάβασις parece ser sinónimo de ἵππυρις /híp-puu-ris/, que Bailly traduce prêle, y ya antes Gayo Plinio Segundo había traducido equisaetum: "el equiseto, llamado hipúride por los griegos..." (26 132); y poco más adelante afirma que hay otra planta negruzca, con hojas semejantes a agujas de pino y con propiedades estípticas, a la que los griegos llaman también "unos hipuri, otros éfedro, otros anábase...": alii hippurin, alii ephedron, alii anabasim vocant (26 133).
Con la descripción de la hipúride o anábase (De materia medica 4 46) Dioscórides ofrece a la vez pistas sobre la etimología de estas voces: en efecto, dice Dioscórides que esta planta αὔξεται δὲ εἰς ὕψος ἀναβαίνουσα ἐπὶ τὰ παρακείμενα στελέχη, καὶ κατακρέμαται περικεχυμένη κόμαις πολλαῖς μελαίναις καθάπερ ἵππου οὐρά "crece en altura subiéndose sobre los tallos próximos, y apoyándose en ellos se derrama en abundantes cabelleras negras, como cola de caballo". Claro está que el uso del verbo ἀναβαίνω (ἀναβαίνουσα "subiéndose") explica suficientemente, creo yo, el nombre de ἀνάβασις, así como la expresión καθάπερ ἵππου οὐρά "como cola de caballo" explica de sobra el nombre de ἵππυρις.
En ἵππυρις está clara la voz ἵππος /híp-pos/ "caballo" más οὐρά /uu-ráa/ "cola" (además del sufijo femenino -ιδ-, para decirlo todo): significa, en suma, "cola de caballo"; al igual que el equivalente latino equisaetum /e-qui-sáe-tum/, formado por equus /é-cus/ "caballo" y saeta /sáe-ta/ "cerda" (esto es, pelo rígido como los del jabalí, del cerdo, o de la cola de un caballo).
El manuscrito de Salamanca del tratado de Dioscórides ofrece un dibujo de la hipúride o anábase muy similar al del Dioscórides de la princesa Anicia, y que parece corresponder a un equiseto:
Y ya que Plinio dice que la hipúride también se llama ephedron /é-fe-dron/, y no pocos manuscritos de Dioscórides dan como sinónimo ἐφέδρα /e-fé-draa/, ἐφέδρανον /e-fé-dra-non/ o ἔφεδρον /é-fe-dron/, teniendo además en cuenta que existe un género Ephedra, quizá no sea inoportuno mencionar aquí que en estas voces está presente la preposición ἐπί "encima" y la raíz de ἕζω y ἵζω "yo asiento" (la misma del latín sedeo "estoy sentado").
Ahora bien, no tengo nada claro qué sentido hay que dar en botánica a aquellos términos, pues hay demasiados que elegir: tenemos el adjetivo ἔφεδρος /é-fe-dros/ "sentado"; el sustantivo ἔφεδρον /é-fe-dron/ "taburete"; también hay un sustantivo ἔφεδρος con valores varios, y entre ellos uno que aparece casualmente en la Anábasis de Jenofonte (2 5 10), algo así como "atleta sustituto", literalmente "sentado (en espera de rival)". Por supuesto, también está el nombre ἐφέδρα "asentamiento", "asedio" &c, que aparece en Dioscórides y a la que Bailly da como traducción botánica, de nuevo, prêle "equiseto".
Lo único que tengo claro es que la acentuación latina de Ephedra es esdrújula: éfedra, pues (la E central es breve, como que viene de una épsilon), y no efédra como hasta ahora he oído (y dicho). Claro es que, siendo ephedra pariente estrecho de la palabra cathedra (en griego καθέδρα, que significa entre otras cosas "banco --de sentarse"), siempre habrá alguno que pueda expresar dudas sobre el lugar del acento aduciendo que en castellano cathedra ha dado por vía culta cátedra, pero cadera por la vía vulgar (cadiera en aragonés, con diptongación de la E tónica típicamente castellana). Con ese no discutiré.
Veo que el moderno género Anabasis es una Amaranthacea, y que en España lo tenemos sobre todo en Almería y Murcia. Encantado. Flora Iberica da para ἀνάβασις el significado de "ascensión", "subida", y dice que es nombre de una trepadora afila: eso parece sugerir que el nombre se le impuso por su habilidad para trepar, confirmando lo sugerido por el médico de Nerón.
[Esta mañana, mientras desayunaba, oía distraído un reportaje sobre el Danubio, de la televisión navarra; me acabó de despertar el locutor, hablando de "Yéison, en busca del vellocino de oro". Otro como el de los Gauls... Ay, señor, llévame pronto...]