Más de una vez me han preguntado por el significado preciso de estas palabras, y yo respondo lo mismo, esto es, que no lo sé: lo único que puedo decir es lo que han significado en latín clásico, o, como mucho, el significado que cabe deducir de sus componentes (prefijos, radical). En efecto, lo que significan estos adjetivos en Botánica es decisión de los botánicos: el hablante (el tipo de la calle, en su caso, o el técnico, o el profesor, o el herborizador) es quien decide el significado de una palabra, dando una vez más la razón a Humpty Dumpty: el problema no es "qué significa una palabra", sino "quién manda aquí".
En mi casa, cuando yo era niño, mi abuelo Antonio mandaba mucho. No era mi abuelo, era el abuelo de mi madre: así que mi abuelo era realmente mi bisabuelo. Había sido alcalde en su pueblo y tenía el hábito del mando. "Acércame el pelígono", decía (cuando decía: normalmente hacía el gesto, y tú tenías que adivinar). Y nosotros, obedientes, le acercábamos el bolígrafo. Él, al bolígrafo, lo llamaba pelígono. Más o menos todo el mundo tiene ejemplos en casa de voces a las que, por autoridad, por juego, o por lo que sea, se les otorga un significado arbitrario, válido sólo en el ámbito doméstico. La cuestión no es qué significa; la cuestión es quién manda (y en casa no manda la RAE).
Aquí, pues, diré lo que sé (que no es mucho) sobre el significado de las palabras en latín clásico, o según sus componentes.
En decumbente y procumbente se reconoce bien el radical del verbo cubare "estar acostado". Es un verbo corriente en latín clásico, con muchos compuestos. Por ejemplo, accubare significa "estar acostado al lado" (el prefijo ad significa cercanía), lo que en tiempos helenizados, en que los señoritos de Roma se tumbaban a comer en triclinios, equivale a "estar a la mesa junto a (otro)". Concubare sería pues (cum indica compañía) "estar acostado con", que con facilidad adopta un significado sexual (éste se reconoce en concubitus y en concubino, concubina; también en íncubo, súcubo, etc.). Incubare lo aplicamos aún a las gallinas y a su puesta.
Frente a cubare "estar acostado" (verbo, pues, de estado) el verbo *cumbere "acostarse" indica el cumplimiento de la acción (ponemos el asterisco a las palabras supuestas: pues ese verbo en latín clásico no lo conocemos suelto, sino sólo acompañado de prefijos: accumbo, incumbo, procumbo etc.). Así que frente a accubo "estoy acostado junto a", accumbo significa "me acuesto junto a".
Pues bien, los prefijos latinos son bastante precisos en su significado primitivo, que es, por supuesto, material, físico. Ad indica proximidad, cum indica compañía, per indica cruzar, atravesar, etc. Según eso, el verbo decumbere significará "tumbarse en el suelo", ya que el prefijo de vale "abajo" o "hacia abajo". Pro, por su parte, significa "hacia adelante", de modo que procumbere significa "tumbarse hacia adelante".
El uso clásico corrobora esto: decumbere indica la acción de irse a la cama, también la de sentarse a la mesa, y en particular describe el acto del gladiador que, reconociéndose derrotado, se tira por los suelos.
Por su parte, en procumbere el sujeto se inclina hacia adelante, por ejemplo para hacer frente a la fuerza del viento o a la corriente de un río, y también indica el acto de prosternarse. Pero en algunos casos se confunde con decumbo, pues significa "echarse a tierra", o "sucumbir" (en sentido material "ante los golpes del enemigo", y en sentido moral "a los placeres"; sub significa "debajo", así que succumbere originalmente significaría "echarse debajo").
Como se ve, si hay una diferencia entre los términos decumbens y procumbens sería esta: lo decumbente cae a tierra, lo procumbente sólo se inclina. (Se inclina "hacia adelante", para ser exactos; aunque en una planta, creo yo, sería difícil establecer qué es "delante" y qué es "detrás".) Claro que, si algo se inclina mucho, más bien se derriba, y entonces procumbente poco se diferencia de decumbente. En cualquier caso, ni uno ni otro participio, por sus componentes propios, indica nada (como en alguna ocasión se ha sugerido) sobre la mayor o menor erección de la porción distal.
He puesto arriba una fotografía de Prenanthes, si no me equivoco. Como todas las Prenanthes que me he encontrado tenían esa tendencia a cabecear (que no sé si se percibe bien en esa mediocre foto), a vencerse el tallo hacia el suelo, en algún momento formulé la hipótesis de que alguien creó el término πρηνανθής, que en el fondo significa "flor procumbente", por no crear un género a partir de un término como procumbens, que supongo muy corriente en las descripciones.
Dicho sea de paso, el latín médico (que es más bien medieval o renacentista, y en general poco clásico, exactamente igual que el botánico: ¿acaso no son el mismo?) llama decubitus pronus al estar tendido boca abajo (en latín clásico se hubiera dicho más bien procubans o procubante), mientras que llama decubitus supinus al estar tendido de espaldas: eso el latín clásico lo hubiera expresado más bien con el participio recubans, como en el famoso verso que inaugura las églogas virgilianas:
Tityre, tu patulae recubans sub tegmine fagi...
"Títiro, echado de memoria bajo el dosel del haya frondosa..."
Permítanme esta broma al traducir recubans "de memoria", pues es así como dicen "boca arriba" en Sadaba y otros lugares de las Cinco Villas, y es esa una expresión que, al principio por broma (teníamos una cuñada pentapolitana), luego por costumbre, quedó en casa (como pelígono, en honor del abuelo, para designar el bolígrafo).