sábado, 14 de marzo de 2020

Diminutivos latinos III

Voy por los géneros expresados en diminutivo.

Asperula /as-pé-ru-la/ lo es, sin duda, de aspera "áspera" (femenino del adjetivo asper), de modo que su traducción literal sería "asperita".  También Crassula "gordita" de crassa, y Nigella "negrita" de nigra.

Campanula /cam-pá-nu-la/ es un diminutivo idéntico pero, sospecho yo, proviene del sustantivo campana en su acepción actual, y no del adjetivo campanus (que significó "natural de la Campania", la conocida región vesubiana que exportó, al parecer, buenos bronces, si no el uso de las campanas.  Digamos de paso que campanilla, diminutivo romance, es también el pendulillo de nuestras fauces cuyo nombre técnico es otro diminutivo latino, ya que úvula, literalmente "uvita", lo es de uva; y no salimos de la botánica si mencionamos que el bulto de la mejilla o pómulo es un diminutivo léxico de pomum "manzana").

De Calendula ya escribí, creo, lo poco que sé: si es un neologismo de Lineo, apoyaría a quienes tienen al sueco por latinista mediocre (yo lo dudo, pues simpatizo con los que usan el latín, con mejor o peor acierto).  También he mencionado Primula "primerita".

Biscutella /bis-cu-tél-la/ sin duda se ha formado sobre scutella "cuenco", con el prefijo que significa "dos".  Scutella es diminutivo de la rara palabra scuta "cuenco", que no ha dejado trazas, creo, en los idiomas romances, donde en cambio sí ha quedado scutella (escudilla, écuelle &c).

Capsella /cap-sél-la/ es diminutivo de capsa, la palabra que ha dado en castellano caja.  En realidad el diminutivo de capsa es capsula "cajita", que conservamos como latinismo técnico; capsella es diminutivo de capsula, esto es, una vez más, diminutivo de un diminutivo (siendo el diminutivo forma expresiva, tiende, como ya dijimos, a gastarse: así la mamá llama a su niño "mi chiquirritín...").  El apellido de la Capsella es también simpático: bursa pastoris significa "bolsa de pastor" (de bursa saben mucho los que tienen acciones bursátiles...).

Mencionaré aquí Convolvulus por la ocasión de indicar que no siempre el sufijo -lo- (o la típica combinación -co-lo-) señala un diminutivo.  En efecto, muchos sustantivos de raíz verbal tienen estos sufijos, pongamos por caso baculum "bastón" (de la raíz "caminar") o ferculum "camilla" (posverbal de fero "llevar"); en castellano tenemos receptáculo, tórculo &c.  En latín convolvulus es posverbal de convolvo "dar vueltas sobre sí mismo" y ya significaba quizá al Convolvulus arvensis, además de una plaga de la vid que en francés llaman ver-coquin y es, creo, la Eupoecilia ambiguella.

Acabo de oír al jefazo de la OMS decir que el epicentro del coronavairus está en Europa.  ¡Anda!  Así que lo de epicentro no se lo han inventado aquí, o aquí sólo, sino que ya circula (o circulaba) en el ánglico común...

Continuaré.

jueves, 5 de marzo de 2020

Conflicto y petición de auxilio

Paseando esta mañana (otra mañana de febrero espléndida, nada fría; se veían muy bien los Pirineos, al fondo, sobre la calina del Ebro) he sufrido una crisis de filólogo.  Por fortuna, las crisis de filólogo cursan sin fiebre, no presentan dolor articular, mareos ni náuseas, rara vez exigen medicación o guardar cama.  Esta de hoy ha sido ligera, y me permito anotarla aquí porque tiene estrecha relación con la botánica.

El caso es que, pensando en describir las florecillas del camino, lamios, fumarias, caléndulas, me asaltó la duda siguiente: en el caso de usar para la descripción los nombres botánicos, ¿cómo hacerlo?  ¿Sería oportuno decir, por ejemplo: "hay junto al camino muchas Fumariae, Lamia, Calendulae..."?  Pues como latinista modesto, pero peleón, tiendo a usar los nombres latinos en la forma que corresponde al contexto; por ejemplo, si hay un número plural de plantas, no diría Fumaria, singular, sino Fumariae, en plural; ni Lamium, singular, sino Lamia, plural &c.  Es más, si, pongamos por caso, echara yo mano del verbo ver, ¿debería escribir "veo muchas Fumarias officinales", usando el caso objetivo que corresponde?

Ciertamente los botánicos que han escrito en latín declinaron los nombres botánicos según las reglas de ese idioma, y mencionaban, por ejemplo, color echiorum "el color de las viboreras", o plantaginem coronopodem collegisse "que habían recogido llantén pata de corneja".  La cuestión, claro está, se plantea cuando el contexto es distinto del latín, por ejemplo ahora el castellano.  ¿Debo decir Fumaria nada más, o podemos permitirnos Fumariae, Fumarias &c?

Yo, por mí, me daría permiso para decirlo como me diera la gana, pero, claro está, si uno usa nomenclatura científica, ¿no habrá de atenerse a las normas de uso de esa nomenclatura?  Y entonces la cuestión es la siguiente: los binomios lineanos ¿han de ser considerados formas latinas, sometidas a las reglas de ese idioma, o más bien formas fósiles, que no admiten variación de número o de caso?  Si así fuera, no cabría decir "hay muchas Fumariae officinales", ni mucho menos "veo Fumarias officinales, Lamia amplexicaulia y purpurea, Calendulas arvenses", sino tomar los nombres en su forma establecida por el catálogo botánico (si, como me imagino, hay uno) y escribir, pongamos: "hay en el camino abundantes Fumaria officinalis, Lamium amplexicaule y purpureum, Calendula arvensis..."

Espero que algún lector de esta página tenga la amabilidad de sacarme de dudas.  ¿La autoridad botánica se pronuncia sobre eso?  ¿Hay un catálogo admitido?  ¿Dónde se consulta?  ¿Se especifica algo sobre el uso de los nombres científicos, en el sentido de lo arriba expresado?  ¿Hay una página accesible donde esto se decrete?

Por lo demás, ando un poco preocupado también por otro motivo.  Veo que casualmente las entradas han llegado a una cifra centenaria.  Estoy seguro de que he debido de meter la pata más de una vez.  ¿Qué haces, lectriz generosa, lector piadoso, que me dejas chapotear en el error?  Anda, sé buena, sé bueno, y corrige ¿qué te cuesta escribir un par de líneas y corregir lo equivocado?

Pero qué digo.  Si ni yo tengo tiempo de releerme.