Estamos en un barranco de San Juan de la Peña, y un amigo señala la Alchemilla plicatula. ¡Plicatula! Esto es, "dobladita". ¿Dobladita? Sí, de plico, plicare "doblar": participio plicatus "doblado" o "plegado"; plicatulus, diminutivo, "dobladito". Con buen oído y buena lógica, Antonio sacó la consecuencia: "Entonces, claro, suplicar es también doblarse". Precisamente.
Después de este breve intercambio, quedé pensando: si hay voces botánicas con esa raíz, no estaría de más darles una página en estas bagatelas verbivegetales. Y esto es el resultado.
El verbo latino plicare significa "plegar", y esta palabra castellana, a su vez, deriva de aquella latina (la I breve se vuelve E, y la C intervocálica sonoriza en G). Pero, si consideramos que el plorare latino es nuestro hispano llorar, y el planus ciceroniano es el llano cervantino, advertirá el cándido lector que plegar no es una palabra enteramente vulgar: la vulgar es llegar, con el cambio de rigor en palabras usadas en todo tiempo por la masa de los hablantes: pl- > ll-. ¿Es plegar un semicultismo? ¿O se trata de una bifurcación morfológica, para no confundir "plegar" con un llegar cargado de un significado nuevo? Ay, ojalá lo supiéramos todo.
Desde luego, las que no son ni vulgares ni semicultas, sino latinismos legítimos, son las voces donde no se da ninguno de los cambios fonéticos aludidos: aplicar, complicar, implicar, replicar, suplicar... A mí siempre me gustó mostrar con las palabras de este campo la raíz material, por así decir, de nuestras expresiones abstractas. ¿Qué significa complicatus? Enteramente plegado sobre sí mismo. ¿Y qué se lee en un papel bien complicatus? Nada. Ahora bien, si lo desarrugamos... Pues eso mismo es explicar, esto es, explicare, desdoblar, desarrugar, allanar el papel: el papel alisado, la cosa explicada. Por desgracia, ya somos un poco insensibles a estas que fueron, en su día, lindas metáforas.
Naturalmente, con el prefijo sub "abajo", sale un supplicare lleno de humillación (y sabemos lo que es humilis en botánica: humilde y humillar vienen de humus "suelo", adonde se aproxima el suplicante). Todos esos verbos, complicare, explicare, implicare y demás, son clásicos, y algunos de ellos tienen, ya en latín clásico, un doble participio, que hemos heredado (explicatus y explicitus, implicatus e implicitus, por ejemplo).
En fin, todo eso me resulta muy entretenido, pero no impacientemos más al ya muy paciente lector, y vayamos a la cuestión botánica sin más demora.
Con los participios de plicare, aparte de la Alchemilla plicatula (en diminutivo) no encuentro más binomio que la Glyceria plicata (sinónimo de Glyceria notata). Digo, entre las plantas (también hay un murciélago Chaerephon plicata o "plegado", y una araña Araniella displicata "desplegada" o quizá, más bien, "mal plegada"; pero con ellos nos salimos del mundo vegetal).
Si añadimos preverbios, apenas puedo añadir el codeso, el Adenocarpus complicatus o "muy replegado" o "arrugado".
Aprovecho, por cierto, la ocasión de quejarme de que al adjetivo complicado, "enrevesado" e "inextricable" en román paladino, el teleñol, esa absurda jerga armada por políticos imbéciles y periodistas analfabetos, le está cambiando el sentido y lo tortura hasta hacerle significar "difícil" y "arduo"; de modo que la tormenta arrasa un pueblo y crea una situación... "complicada". ¡Qué expresión tan roma!
También es corriente en botánica hablar de "pelos aplicados", por ejemplo, o "brácteas aplicadas". En applicare el verbo "doblar" está precisado por ad, preposición o preverbio que significa "proximidad", de modo que applicatus significa "doblado hacia" o "doblado aproximándose" (al eje foliar, o caulinar, ha de entenderse).
De la misma raíz que plicare tenemos en latín el verbo pléctere (y plecti), básicamente del mismo significado (y también "trenzar", acepción afín a "doblar", como ya hemos visto con vitis y vimen). De este verbo tenemos, por ejemplo, la Muehlenbeckia complexa: podemos admitir que complexa es un sinónimo de complicata, aunque el verbo complecti posee también el sentido de "abrazar", aquí tal vez más apropiado por tratarse de una trepadora.
En cuanto a la Lonicera implexa, el específico depende de impléctere "entretejer": implexa "entretejida" viene a ser un sinónimo de implicata e implicita que dan nuestras implicada e implícita. (El genérico honra al botánico renacentista Adán Lonicer, Adam Lonitzer en su alemán originario, pues era marburgués, o Adamus Lonicerus en su forma latinizada.)
Quede aquí de momento. Continuaré.