Resumo aquí lo escrito sobre el griego, porque me he extendido insensatamente --y porque me prometí nullus mensis sine pagina. Al fin y al cabo, lo que quería decir era muy breve.
¿De dónde, pues, les venía a los romanos la dificultad de escribir en latín las palabras griegas? O, dicho de otro modo, ¿qué sonidos hay en griego que faltan en latín?
De los consonánticos (a los que me limito por ahora), sobre todo al latín le faltan tres sonidos que sí tenemos en español y que nosotros escribimos con las letras F, J y Z. Son sonidos llamados aspirados o fricativos porque el aire frota, con un ruido semejante al de un neumático pinchado. Son sonidos algo peculiares, pues tienden a ser confusos (en todos los idiomas), y a intercambiarse de modo caprichoso, sobre todo Z y F. (¿A cuántos Felipes no les llaman Celipe? Y los Theodoros, Athanasios, Thoma griegos --pues TH se pronuncia Z, como en el inglés theater-- se convirtieron en Rusia en Fiodor, Afanasi, Foma.)
Esos sonidos jjj..., zzz..., fff..., ¿faltaban, pues, en latín? Veámolos por partes.
El más característico, el sonido jjj, se representa en griego con la letra ji (Χ en mayúscula, χ en minúscula; si a alguien le recuerda la letra equis, motivos hay: es exactamente la misma letra, usada con distinto valor fonético). El latín carece de grafía para ese sonido (precisamente usaba la X para el sonido ks), así que hicieron lo siguiente: como jjj es más o menos una K a la que se le escapa el aire, representaron el sonido de la ji con una C (que en latín, recuérdese, representa siempre /k/) añadiendo el signo de aspiración (o escape de aire, si queréis), esto es, la H: ¿qué cosa más lógica? (Los ingleses hicieron lo mismo para representar el sonido jjj, pero ellos usan KH en vez de CH: así escribieron Khorassan para decir Jorasán.)
CH es, pues, en latín la transcripción de la Χ griega, y en principio tenía como misión ser leída con sonido jjj. Ahora bien, muy pronto se prescindió de la aspiración, y se pronunció sólo la oclusiva, la K (como vemos en machina). En la época clásica, se consideraba amanerada la pronunciación a la griega --lo que implica que no faltaba quien siguiera pronunciando /j/.
La grafía CH, desde su creación para transcribir la Χ griega, ha sido fuente de toda suerte de confusiones. Los propios latinos extendieron ese dígrafo a palabras puramente latinas, que jamás habían tenido H, como pulcher (que no tiene nada de griega): son ortografías abusivas. Como muchas lenguas emplean ese dígrafo para sonidos semejantes al de nuestra che, la confusión no ha hecho más que aumentar y se ha trasladado a las lenguas modernas: en francés, por ejemplo, CH se lee ora /k/ (por ejemplo en chiromance, chloroforme, chor), ora más o menos como en español (por ejemplo en chimère o en chimique).
En cuanto al sonido zzz lo escribían en griego con la zeta (Θ en mayúscula, en minúscula θ; aquí también hay un bonito lío de nombres, en que no voy a entrar, pero explica por qué habitualmente a esta letra, cuyo nombre suena /zeta/, se la llama habitualmente theta, con escritura ajena al castellano).
Para representar el sonido de nuestra zeta (o theta griega, como la llaman) los romanos usaban el mismo truco que con la ji: al fin y al cabo, para pronunciar zzz basta poner la lengua como para una T y dejar que escape el aire: eso se expresó con el dígrafo TH. Y, lo mismo que pasó con CH, rápidamente se omitió la aspiración, ajena a las costumbres latinas, y se pronunció simplemente /t/.
También se ha abusado de la escritura TH. A algún Antonio romano le gustaba pensar que su nombre venía de la palabra griega ἄνθος "flor", y escribía bonitamente a su juicio (y abusivamente al mío) Anthonius. Las confusiones con la escritura TH no son tan graves y generalizadas como las de la CH, pero también las ha habido. Hoy día, por poner un ejemplo, los ingleses escriben author para una palabra auténticamente latina que nunca tuvo H en latín (el étimo es auctor cuyo significado originario es "garante" o "autorizador"); en cambio sí la tiene authenticus (es la voz griega αὐθεντικός).
Por último, el sonido fff lo representa en griego la fi (Φ en mayúscula, φ en minúscula). Ahora bien, ¿acaso no hay letra F en latín? La hay, pero el sonido no era el mismo: la F latina es interdental, mientras que la Φ griega es bilabial (como nuestra P). Eso explica que los romanos inventaran (siguiendo el modelo de las otras aspiradas dichas) el dígrafo PH. También en este caso se tendió a prescindir de la aspiración, pero lo que ocurrió con más frecuencia fue que se pronunció en realidad no una fi griega, sino una efe romana. La prueba está en las muchas ocasiones en que se escribía PH por F, o F por PH: las faltas ortográficas son un buen indicio para ciertos detalles de pronunciación.
Quedan dos sonidos que no existen en latín, y exigieron tomar prestadas dos letras del alfabeto griego: Y y Z: por eso están, y no es casualidad, al final del alfabeto latino. El sonido de la ýpsilon o Υ (justamente llamada y griega) es vocálico y ya hemos hablado de él (corresponde a la U francesa o Ü alemana). En cuanto a la Ζ griega (de donde viene nuestra letra Z y la palabra zeta, de ahí el lío con la theta), sonaba algo así como /ds/. Pero dejemos eso para otro día.