domingo, 20 de septiembre de 2020

Rojo VI

Iba a pasar a otro color (la monocromía aburre) cuando caigo en la cuenta de que sólo he examinado (de aquellas maneras) los nombres de color griegos.  Están por ver, por pura equidad, los rojos de antedecente latino.  Veámolos brevemente.

En latín el nombre básico para "rojo" es ruber; creo que aquí ya hemos hablado de rúbrica, rubricar y Rubricatus o Llobregat.  Pasemos derecho a los nombres botánicos.  Enseguida damos con Centranthus ruber o Cytisus (pronúnciese /ký-ti-sus/) ruber, con el adjetivo en masculino.  En femenino lo encontramos en la Minuartia rubra, así como la Cephalanthera, la Pulsatilla, la Spergularia, la Festuca, todas ellas con el añadido de rubra "roja"; aquí encuentro también rojas una Sarracenia, que es carnívora, y árboles rojos (rojas en latín, donde los árboles son femeninos) como el Carpinus o el Quercus rubra (el roble americano).

Hablando de roble, es muy probable que robur, nombre que designa esta planta en latín, contenga el mismo radical "rojo" de la palabra ruber, justificado por el color de su madera.  Así que el roble rojo americano o Quercus rubra tiene nombre doblemente colorado, el botánico y el comercial.

Por terminar con los géneros del adjetivo ruber: la forma neutra (rubrum) me aparece en el Echium rubrum y en el Ribes rubrum.

Y ya que estamos en Ribes, mencionaré que este nombre genérico no es de origen latino: Ribes viene, parece ser, del árabe rabas, a su vez originado en una palabra (rawas o rawash) que designaba en persa al Rheum ribes de Lineo (una poligonácea, como los otros ruibarbos).  Encuentro que la primera documentación de ribes figura en el Liber Serapionis aggregatus in medicinis simplicibus, una traducción al latín, hacia la segunda mitad del siglo XIII, de la obra médica de ibn Sarab o Serapión.

En cambio, sí está emparentado con el latín y el color rojo (en su forma latina rubeus, origen del castellano rubio) el nombre de la Rubia, que yo sospecho originado en España, aunque sobre esto me falta bastante por averiguar.

El adjetivo ruber rubra rubrum no es raro en campos de la biología distintos de la botánica: está, por ejemplo, en el nombre del flamenco, Phoenicopterus ruber, donde coinciden en indicar ese color, tan característico del ave, tanto el latín ruber como el griego φοῖνιξ.  En femenino el adjetivo está, por ejemplo, en el cerambícido Stictoleptura rubra.

Ruber, por último, entra en composición con otros vocablos (por ejemplo el Chaenorrhinum rubrifolium proclama con su nombre específico que las hojas tienen aquel color), y encuentro en mis papeles una mariposa que llaman Idaea rubraria: no sé muy bien qué quiere decir eso de rubrera: ¿"fabricante de rojo", quizá?  Un pescado, en fin, lleva el adjetivo en su forma superlativa: Sebastes ruberrimus; la gallineta es, pues, "rojísima".

Las hojas del Geranium robertianum tienen a menudo un vivo, llamativo color rojo, y es natural que ese tono, tan inusual en hojas de yerba, le haya dado nombre: en efecto, fue conocido como herba rubra.  Algunos afirman que la confusión entre el adjtivo ruber y el antropónimo Robert (esto se concibe más fácilmente en el ámbito francés) explica que la planta acabase bajo la santa protección del obispo de Worms, como herba Ruperti, antes de pasar Roberto al binomen botánico.  Se non è vero... es al menos verosímil.  Ese geranio tiene, para más inri, una subespecie purpureum.

Antes de abandonar del todo el adjetivo ruber, mencionaré también el adjetivo castellano rodeno, que da nombre local al Pinus pinaster abundante en las areniscas rojas de Teruel (y en toponimia da nombre a varios pueblos como Rodén o Rodenas).  Con altísima probabilidad, rodeno viene de la raíz germánica ºrheudh- que produce red en inglés, Rot en alemán, y ruber en latín (el hecho de que los nombres de "rojo" en germánico y latín --y griego ἐρυθρός-- se remonten a la misma raíz indoeuropea confirman el carácter primigenio de ese color, según la tesis de Berlin y Kay mencionada).  Y señalaré una vez más que la acentuación correcta del nombre del pueblo turolense es Rodenas, y no Ródenas, que no es más que el capricho de un alcalde del pueblo que creyó (como creen tantos panolis) que es más elegante lo esdrújulo que lo llano.

Otros adjetivos que indican el color rojo han sido descuidados, quizá, por los botánicos.  Por ejemplo, igneus, que, derivado de ignis ("fuego" en latín) corresponde al griego πυρρός (derivado de πῦρ): lo encuentro en zoología (por ejemplo, en el nombre del reyezuelo listado, Regulus ignicapillus, literalmente "de pelo encendido", y es buena definición), pero no entre los nombres de plantas (por lo menos entre los que tengo a mano).

En cambio el adjetivo sanguineus o "sanguíneo" (en referencia también, claro es, al color de la sangre) lo tenemos en Cornus sanguinea, cuyas hojas al final del verano toman el color de la sangre recién coagulada; uno de sus nombres vernáculos es, al parecer, sanguino (aqunque éste tambien designa, por lo visto, al Rhamnus alaternus); y con el Cornus sanguinea comparten adjetivo cromático el Crataegus sanguineus y el Geranium sanguineum.

Hay otras hierbas con nombre sangriento (sanguinarias, Lithodora fruticosa o hierba de las siete sangrías), pero ahí la sangre no expresa color sino virtud médica.

Y dejaré aquí el color rojo hasta otra ocasión.

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