Advierto, para quien sospeche que escribo mal el inglés, que mi intención al titular es escribir la voz latina que significa "madre". ¿Qué tiene que ver la madre con la botánica? Eso trato de averiguar.
Aunque mater significa "madre", la palabra designa más el papel social que la función generadora (abundan las vírgenes tituladas mater): mater se opone a pater "padre", del que ciertos rasgos notables la diferencian, singularmente carecer de propiedad: por ello no existe, frente a patrius, ningún adjetivo *matrius, y así como patrimonium implica propiedad legal, matrimonium alude solamente a la maternidad legítima.
A la oposición pater/mater corresponden otras evidentes (vir/mulier, mas/femina &c) y otras menos evidentes pero igualmente correlacionadas (levis/gravis, longus/latus, animus/corpus &c); si yo fuera mujer no dejaría de sentirme algo mortificada por el hecho de que, en esa serie de oposiciones (la lengua describe, pero a la vez condiciona nuestra percepción del mundo), cayera siempre del lado de lo horizontal, lo bajo, lo pesado, lo material, mientras los varones disfrutan de lo vertical, lo alto, lo ligero, lo espiritual (por no hablar del título de propiedad y la tarjeta bancaria). Esta observación parecerá demasiado atrevida a más de uno, pero los hechos son terminantes.
Mater es, por metáfora, toda causa, origen, fuente, pero de una determinada manera. En la visión aristotélica de las causas el principio que podríamos llamar femenino es la causa material, opuesta a la causa formal o informante, notoriamente masculina: es lo que sostiene la teoría hilemorfista (a la ὕλη /hýlee/ se opone la μορφή /morfeé/). Lo femenino es informe, lo masculino diseña.
Pues bien, la voz aristotélica ὕλη no se trasladó al latín con silva "bosque", sino con materies (o materia), palabra que, nadie lo duda seriamente, proviene de mater "madre". Aunque los físicos no saben muy bien qué es eso de la materia, y qué la diferencia de la energía o las ondas o lo que sea, para el antiguo griego es, con toda evidencia, el principio femenino, el que proporciona el barro con que luego el demiurgo conforma a sus criaturas.
Si bien la palabra materies se conserva en castellano en la voz materia (un cultismo: baste observar la T intervocálica sin alterar), por vía vulgar ha dado madera (doblete de materia: la T intervocálica, obediente a la ley, sonoriza en D), con la que estamos ya más cerca de la botánica que antes. ¡La madera, materia por excelencia, sustancia madre del arco, de la azada, del cuchillo! (En el cuento hesiódico, Gea fabrica el brillante metal con que Cronos emascula a su padre: Gea es, al fin y al cabo, Deméter o la "Tierra madre", pues δῆ, la primera sílaba de Δημήτηρ, es una forma dialectal del griego común γῆ "tierra"; el segundo elemento es, claro está, μήτηρ "madre".)
Así pues, mater, como el griego μήτηρ /meéteer/, significa "madre", significa "fuente", significa "origen". El griego llama metrópolis a la ciudad de donde parten colonos (πόλις "ciudad"). Mater es también la cepa de donde nacen anualmente los renuevos. Madreperla llamó el italiano (idioma que registra la voz por primera vez) al nácar que parece engendrar la perla. Madrepora (voz también italiana) designaba el cepellón del que nacen los pólipos. También el castellano llama madre a todo aquello que produce vástagos; madre es asimismo el continente material, por ejemplo el cauce de un río (y de ahí la expresión salirse de madre que, metafóricamente, equivale --vaya paradoja-- a perder las formas).
Madreselva es otro término botánico derivado de mater. No he dado con su origen, pero matrissilva (que parece significar "bosque de madre", o "madera de madre" si tomamos silva en el sentido del griego ὕλη o del francés bois) se documenta, según Corominas, en glosas del siglo XII, y en mozárabe ya en el X: según este filólogo el nombre alude a que "abraza otras plantas con sus ramos sarmentosos" (en lo que sin duda se deja llevar por el nombre catalán: lligabosc).
A mí se me ocurre que matrissilva podría ser latinización de una expresión árabe, lengua que tan a menudo emplea con énfasis la idea de "madre": así, por ejemplo, en las Mil y una noches una mujer muy desgraciada es "madre de la aflicción"; o, en nuestro tiempo, cierto caudillo militar bautizó "madre de las batallas" a la invasión que acabaría con su poder y con su vida (y de paso con el más venerable de los museos arqueológicos del mundo, alguna de cuyas piezas quizá adorna hoy la tele de un ex marine de Oregón). Por otra parte, cierta planta no bien identificada recibe en ese idioma el nombre de "madre del bosque" ('umm assaharâ; y "reina del monte" rais aggábal la misma o quizá otra distinta).
El Neu Kreüterbuch de Fuchs (1543) representa la Lonicera periclymenum y da sus nombres alemán (Geyssblatt), griego (periclymenos; en realidad es κλύμενον), y varios latinos: volucrum maius (quizá "enredadera mayor"), sylvae mater ("madre del bosque") o caprifolium ("hoja de macho cabrío"), o, por último, mater sylva ("madre bosque") y lilium inter spinas ("lirio entre espinas"). Tampoco caprifolium es voz clásica (y en francés han cambiado el cabrón con la cabra: chevrefeuille).
Sea cual sea el sentido primario de matrissilva, la palabra madreselva me parece hermosísima y evoca para mí (como enebro o rapónchigo) las infantiles lecturas de Grimm, tan arboladas (creo que nunca vi un auténtico bosque hasta llegar al Pirineo, con quince años). Dicho sea de paso, durante mucho tiempo no me preocupó averiguar qué planta fuera la madreselva, y aún hoy la palabra se resiste a evocar la enredadera de flores emperejiladas de la foto, y arrastra para mí las vagas sensaciones de antaño, de bosque y de misterio.
Aunque mater por sí misma designa el útero, con más propiedad lo hace en latín la voz matrix (derivada de mater) que da el castellano matriz "útero". Matrix tiene muchos significados interesantes, desde el anatómico al matemático, y de esta voz derivan muchas otras palabras. Por ejemplo matricula, que podría pasar por diminutivo de matrix o bien de mater (aunque de ésta se admite más bien matercula "madrecita", de resonancias tan rusas); según Corominas de matricula podría venir madrilla (lo regular sería *madreja), nombre de un pez que mis alumnos pescaban en el Queiles (por lo visto el pez sigue en el río, pero en cantidad muy reducida).
De los derivados de matrix me centraré en matricaria, que tiene toda la pinta (con ese sufijo tan característico) de ser el femenino de un adjetivo matricarius "de la matriz", no documentado, que yo sepa. Verdad es que, como adjetivo derivado de matrix, en latín tardío también se registra matricalis (que pasa por ser étimo, no sin discusión, de la voz española madrigal). Como sustantivo, matricalis designa también, en algunos herbarios, al Eupatorium cannabinum. Matricaria se usa también como voz castellana, a la que ahora me referiré, pero antes mencionaré un doblete curioso, el vulgarismo madriguera (continuación regular de la voz latina, y doblete del latinismo castellano).
La matricaria es, en efecto (sigo en esto al Dioscórides renovado de Pío Font Quer), el nombre del Tanacetum parthenium (o "tanaceto virginal"), pero también de otras asteráceas que comparten con la mencionada sus virtudes sedantes, por lo que apenas puede caber duda de que se llamó matricaria por mitigar los males de la matriz o, por decirlo con la fórmula celestinesca, mal de madre. Por cierto que la vieja Celestina recomienda para esos dolores "todo olor fuerte... así como poleo, ruda, ajenjos, humo de pluma de perdiz, de romero, de mosquete, de incienso"; ninguna compuesta, que yo sepa, aparte del ajenjo.
Si mis datos no están equivocados, fue Lineo quien llamó Matricaria parthenium al que alguien llamó luego Chrysánthemum parthenium y ahora es (si no lo han mudado) Tanacetum parthenium. No sé cuándo nace la palabra matricaria, pero el tanaceto citado ya recibe este nombre en los manuales botánicos del siglo XVI, por ejemplo en las Simplicium imagines de Egenolff (Francfurt 1552; el título, que significa "Imágenes de simples", lo veo mencionado alguna vez como Herbarum, y en cierto lugar mal traducido como "Sencillas imágenes") así como en el citado Neu Kreüterbuch, donde Fuchs observa: "En las farmacias la llaman Matricaria, y en alemán Mutterkraut o Mettram o Metter".
Regreso al comienzo. Al escribir Mater en el título temí que alguno de esos que en español fino dicen taimin y espóiler y estrimin pudiera pensar que escribía matter en mal inglés. Palabra que, mira por dónde, viene de la latina materia. No lo digo yo, lo dicen los etimólogos británicos. Sí, señora, sí, cuando un tipo con bombín pregunta qué pasa (o what is the matter que dicen ellos) está en el fondo preguntando cuál es el asunto, de qué materia se trata.
Dedico esta última observación a los escépticos que he conocido, demasiados para mi gusto (incluidos profesores de latín y de inglés), que creen exagerado afirmar que la mitad del léxico inglés es de origen latino. Los llamo escépticos pero sólo están mal informados.
[Hanc dicabam paginam optimae genetricis memoriae proximo decembri vita functae, matrumque omnium quae non modo corpora sed etiam spiritus nostrum sapienter aluerint.]
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