No es raro que el aficionado a la botánica encuentre en la nomenclatura variantes con las que no sabe muy bien qué hacer, o cuál dar por buena. Sobre un caso parecido tiene la amabilidad de pedir mi opinión R. R., en la alternativa de elegir, por una parte, entre Centaurea ultreiae, creado en la descripción de la especie, y Centaurea ultreia, forma que muestra Flora iberica; y, por otra, entre Zostera noltei que figura en ciertas fuentes, y Zostera noltii propugnada por la misma Flora.
Yo estoy un poco avergonzado, no ya por no poder dar una respuesta terminante (al fin y al cabo, sobre la corrección de los nombres botánicos deberá pronunciarse alguna autoridad, si la hay, en nomenclatura botánica), sino por haber tardado tanto en responder a su consulta, que no he echado en saco roto; pero no me ha sido posible dedicarme antes a ella. Por lo demás, quizá convenga repetir que lo que sigue está limitado a mi particular punto de vista, que es el del latín clásico o, para ser más preciso, de lo que yo considero un latín correcto.
Ultreia, si no me equivoco, se ha propagado en el arrobado ambiente del camino de Santiago como exclamación de ánimo; se tomó del Codex calixtinus (ese mismo famosamente robado, no ha mucho, de la catedral compostelana; en la wiki inglesa lo llaman Codex compostellus; ay, qué dolor...). En cuanto interjección, si lo es, no cabe duda de que es indeclinable y parece preferible, por ende, la forma indeclinada ultreia frente a la forma de supuesto genitivo ultreiae.
No obstante, la lengua es tan caprichosa que uno puede ver declinada una interjección o, si se tercia, un presente de subjuntivo (lo que en efecto ocurre con viva, cuyo plural sin duda es vivan; pero cuando se dan vivas a la bandera, se encuentra uno con un inesperado plural nominal, que nadie osará tildar de incorrecto). Como latinista no me siento particularmente inclinado, ni tampoco disgustado, por una u otra variante. Encuentro ligeramente más expresiva la forma ultreiae, del mismo modo que a don Salustiano Olózaga, que tuvo la humorada de repetir en su discurso parlamentario "dios salve al país", la chacota madrileña acabó por llamarle, no el político salve, sino el político de la salve.
En cuanto a la Zostera, encuentro en red una Nanozostera noltei (Hornemann) Tomlinson y Posluszny 2001, llamada Zostera noltei por Hornemann en 1832, y Zostera nana por Roth en 1827, una fanerógama marina como la Posidonia. Imagino que está dedicada a Ernst Ferdinand Nolte, botánico y briólogo (Hamburgo 1791, Kiel 1875). Si es así, el problema de la "corrección" de noltei o noltii está ligado a la cuestión de la transcripción al latín de nombres propios en la era moderna. Este es un asunto que me resulta muy entretenido, y en el que me engolfaría con extremo placer; pero voy a contenerme un poco, y posponerlo para otra ocasión, en atención a inocentes botánicos, que no me han hecho nada.
En resumen, para latinizar un apellido, o bien se traduce al latín, si es posible; o bien se toma el apellido tal cual y se convierte en sustantivo, generalmente de la "segunda declinación" latina, por el simple procedimiento de añadirle las desinencias -us, -i o -ius -ii. (Por supuesto, hay muchas otras posibilidades, entre ellas la adoptada por Lineo, o por su padre, quien tomó el lind o tilo sueco como apellido familiar, y latinizó su variante local, linn, en Linnaeus.)
De los modos arriba señalados, en botánica se echa mano del último, esto es, el añadido de -ius -ii, con una frecuencia que sobrepasa con mucho, si no he tenido mala suerte en la búsqueda de ejemplos, a los otros procedimientos. Pocos he encontrado con el sufijo -us -i. (de Boissier, vg. la Centaurea boissieri; de Bubani, vg. la Armeria bubanii), en cambio muchos con sufijo -ius -ii: de Burnat, burnatii; de Lamarck, lamarckii; de Loscos, loscosii, de Willkomm, willkommii,..
Desde el punto de vista del latín, cualquiera de los dos sufijos es admisible, y aun diría elegante, si no fuera porque en algunos casos chirría el procedimiento. (Por ejemplo, leer que hay una Alchemilla bautizada cuatrecasasii magulla seriamente los sentimientos de un latinista probo, y aun del hablante peninsular, a quien costará no oír "cuatro casas" en ese apellido; cualquier otra variante --por ejemplo, cuatrecasensis-- habría sonado menos atroz.)
Volvamos a la Zostera. Si queríamos honrar al señor Nolte, podíamos optar por latinarlo en Nolteus (sufijo -us, -i), y por tanto "de Nolte" sonaría Noltei; o bien en Nolteius (sufijo -ius, -ii), y "de Nolte" se diría Nolteii. Como se ve, ninguna de las formas es la defendida en Flora iberica. Claro es que a veces se mutila ligeramente la base del apellido: así por ejemplo de Lapeyrouse he encontrado una Alchemilla lapeyrousii (se ha mutilado la -e final, cosa comprensible en apellido de tal longitud).
En resumidas cuentas, desde el punto de vista de la corrección lingüística, son igualmente aceptables Noltei, Nolteii y Noltii, y los tres cuentan con precedentes en la tradición botánica, aunque más el segundo, esto es, Nolteii. A la forma Noltii yo le encuentro un defecto: no deja adivinar el apellido que pretendía honrar, claramente sugerido, por el contrario, en las formas Noltei y Nolteii, que enseguida remiten a Nolte: un ignorante como yo nada sabía del botánico, pero sí recordaba al rubio actor Nick Nolte, víctima en Cape Fear del malote De Niro.
[He corregido la cita de Flora iberica (que yo escribía Flora ibérica, como si fuera castellano), quitándole el acento, que no le corresponde por ser un título en latín. Agradezco esta observación a mi amiga R. R.]
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