Reflexiones en torno al latín como lengua de la botánica. Rem herbariam non perficiunt nomina, sed observationes, et descriptiones accuratae (Pietro Bubani).
miércoles, 6 de septiembre de 2017
Cucharita de pastor
Yo tenía vista la cucharita de pastor (Leuzea conifera) en sus primeras fases, cuando aparece esa hermosa alcachofa tornasolada (carxofeta de muntanya la llaman en catalán) que era, para mí, lo característico de la planta. No obstante, un amigo arrancó el otro día, para mostrármela, una bráctea: ¡tenía, en efecto, todo el aspecto de una cuchara!
A fines de julio subí de nuevo por el lomo de las Peñas de Herrera, donde tantas flores nuevas (para mí) había descubierto en primavera, y encontré las alcachofitas abiertas, convertidas en un verdadero muestrario de cubertería. ¡Qué imagen tan graciosa! Ésa es, sin duda, la que justifica el nombre popular que titula esta entrada (del mismo modo que el anterior estadio justifica el nombre de carxofeta). Plantas hay que tienen no una, sino muchas apariencias distintivas, inconfundibles.
Buscando por internet el origen del nombre genérico encuentro tantas fotos parecidas a la mía que pienso si merecerá la pena salir a pasar calor: las plantas se encuentran más fácil en la red que por esos andurriales. Y de paso te enteras de que Leuzea es de esos fitónimos con origen en un apellido: De Candolle dedicó este género en 1805 a un tal Joseph Philip François Deleuze. También supe que iba yo atrasado de noticias, pues ahora la Leuzea ya no se llama Leuzea sino Rhaponticum. Paciencia...
El nombre específico (conifera) demuestra que a quien bautizó así la planta el grupo de brácteas no le pareció ni una alcachofa ni unas cucharas, sino una piña: la palabra griega κῶνος /kóonos/ "piña" dio nombre al sólido geométrico del que salen las hipérbolas y las parábolas; a esta plantita; y a toda la parentela del pino, las coníferas.
Conífera. Otra palabra híbrida. El segundo elemento es latino, del verbo fero "llevar". La E del verbo fero es breve, por eso son esdrújulas las coníferas fructíferas, igual que los mamíferos mortíferos, sean odoríferos o pestíferos. Y dejémoslo ya, no seamos somníferos.
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