lunes, 26 de febrero de 2018

Invierno

Si me costó encontrar palabras congéneres del otoño, más aún del invierno.  No doy con nada de interés botánico.  Me entrego, pues, a la divagación (porque yo acabo con las cuatro estaciones como hay verano).

Así blanco y negro en materia de color, en origen las estaciones son dos: verano e invierno, esto es, calor y frío, o buen tiempo y mal tiempo.  Luego se irán distinguiendo más o menos según la necesidad o el ámbito (agricultura, navegación, etc.), hasta llegar a las cuatro que identifica el telediario, término y suma de los humanos afanes.  Dos estaciones cuenta, por ejemplo, Sófocles en los versos con que Ayante describe la rueda ineluctable de la naturaleza:

        Así el invierno en nieves arropado da lugar al estío, que se cuaja de frutos...

¿El verano sigue al invierno?  Resulta duro en nuestra concepción de las estaciones; pero en griego usa Sófocles palabras inequívocas, θέρος, que ya conocemos, y χειμών /jeimoón/ "invierno".

Del griego χειμών no encuentro en castellano más derivados directos que isoquímena o isoquimena (la Academia acepta las dos, y yo no sé a qué atenerme, porque no entiendo la formación de la palabra); la isoquimena es al invierno lo que la isótera al verano.  Y también, qué sorpresa, la palabra χίμαιρα /jímaira/ viene de ahí: el significado original no era "quimera", sino "cabra de un invierno" o "cabrito de un invierno" (según los diccionarios).

Ahora que en el monte empiezan a proliferar los heléboros y en el huerto las fumarias, las diminutas verónicas y las caléndulas, busco en latín, a ver si tengo más suerte con el nombre romano del invierno: en Roma se llamó hiems (si lo desea, aspire usted la H, pero, por favor, muy suavemente).  Esperaba encontrar alguna planta que llevara el apodo de hiemalis, hibernus (los adjetivos que significan "invernal"), pero que si quieres.  Hallo en el Polunin una Erica hibernica, pero hibernicus significa, que yo sepa, "irlandés", y nada tiene que ver con el invierno, por más que el fresquete nos invite a relacionar la estación con el norte.

Para cerrar este deplorable artículo, mencionaré una palabra que me gusta mucho: bruma, una de tantas que en nuestro idioma suenan casi exactamente igual que en el antiguo latín (rana, uva, luna...).  Pero el significado original de bruma poco tenía que ver con las nieblas, pues parece venir de un viejérrimo superlativo (me ha dolido la muerte de Forges) que designaba la fecha más breve del año: *brevima, como si dijéramos brevissima (que es la forma clásica, y casi castellana).  Los poetas usan esta voz, bruma, con el significado de "invierno" (y brumalis con el de "invernal").

Y tampoco de bruma, qué lata, encuentro ningún término botánico...

No hay comentarios:

Publicar un comentario