martes, 8 de mayo de 2018

Botánica ahumada


De una F inicial de palabra en latín sale a menudo una H inicial castellana, como en los ejemplos consabidos de fumu > humo y de farina > harina.  Pero la conversión de esa F inicial en H es un fenómeno tan irregular y tan sometido a vaivenes y refecciones que se requiere cierta falta de noticias para creer (como cree más de un cándido) que la presencia o ausencia de F inicial basta para identificar una palabra como castellana o aragonesa.  Si tan regular fuera la cosa como la ignorancia pretende, el más hamoso rey de Navarra sería Sancho el Huerte.

Ya, ya sabemos que muchas palabras son préstamos del latín.  Pongamos por caso fumar, moda traída de América que requirió echar mano del fumus latino, con su F, para el correspondiente neologismo.  Neologismo, por cierto, francés.  Sí, fumar lo tomamos del latín a través del francés fumer, pues a esa actividad Castilla, durante casi dos siglos, la llamó "tomar tabaco en humo" (también "chupar humo", "tomar humo" y de varias maneras más) hasta que se consolidó el afrancesado fumar.

Hay una planta cuyo nombre deriva también del latino fumus.  Es oportuno hablar ahora de las fumarias, cuando pintan de un bello tono vinoso las orillas de nuestras huertas.  Al parecer a las Fumariae y a su familia las Fumariaceae (otros las incluyen, me parece, en las Papaveraceae, que en esto no se acuerdan los graves autores que de esta importante materia tratan) lo que les da nombre es el olor de su carne, olor que recuerda, dicen, al del humo.  En esto no me meto, que tengo poco olfato.

El humo, que se dice en latín fumus, en griego se nombra καπνός /cap-nós/.  De esta voz griega han nacido ciertas palabrejas, como capnomancia (o adivinación por el humo), hipercapnia (o envenenamiento por carbónico en la sangre, lo que le da a ésta un tono ahumado) y misocapnia (o aborrecimiento del humo de tabaco).  No recuerdo haberlas oído nunca, pero ahí están los diccionarios para guardarlas.

En botánica, el humo griego ha permitido nombrar a varios parientes próximos de la Fumaria: Platycapnos, Sarcocapnos.  En el primero algo habrá plano o llano o ancho o aplanado, ya que eso puede significar el elemento πλατύς /pla-týs/.  En cuanto a Sarcocapnos, literalmente significa "carnehúmo": σάρξ (σαρκός) /sarx sar-cós/ "carne" es el primer elemento de la palabra sarcófago, lugar donde, como es pública sospecha, será nuestra carne pasto de gusanos.  En realidad el griego σαρκοφάγος /sar-co-fá-gos/ es un adjetivo que significa llanamente "carnívoro".  Así que en buen griego son sarcófagos los leones y las mantis.

El mes pasado me llevaron a Granada unas buenas amigas, y en los riscos de Alhama (¡Ay de mi Alhama!) tuve el gusto de encontrar ese Sarcocapnos (creo) de la fotografía.  Yo creía que era un S enneaphylla, pero todas las hojas tenían tres folíolos y no nueve.  Sospecho que no es S enneaphylla sino S baetica.  Vamos, digo: por lo menos estaba por la cuenca del Betis.

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