Reflexiones en torno al latín como lengua de la botánica. Rem herbariam non perficiunt nomina, sed observationes, et descriptiones accuratae (Pietro Bubani).
jueves, 31 de mayo de 2018
Gladíolo
El jueves vi un gladiolo por primera vez; gladiolo, digo, no de esos cultivados, policromos, espectaculares, que abundan en las plazas urbanas, sino uno modesto, rosadico, silvestre. Pocos placeres llegan al de hallazgos así; aunque a veces se desespera uno del propio desconocimiento, también disfruta la ignorancia de estos premios.
La palabra gladiolo es uno de esos diminutivos latinos de que es rico nuestro idioma. En latín el sufijo -lo-/-la- proveía cómodamente la idea diminutiva, y así una puerta o valva se convertía en puertecita o valvula, una celda o cella en celdilla o cellula, una cabeza o caput en cabecilla o capitulum. Válvula, célula, capítulo, círculo, cánula, acícula... Muchos diminutivos latinos conservamos, ésos sobre todo reconocibles, los esdrújulos del lenguaje científico.
El diminutivo, aparte de su valor léxico y afectivo, es uno de los medios de los que vale la lengua para designar cosas nuevas; con el tiempo el diminutivo se desgaja del significado original y nombra ya sólo la novedad. Uno enciende una bombilla sin pensar en las bombas, como busca el botiquín sin acordarse de que a las farmacias se las llamaba boticas. ¿Y quién piensa en la cera al rascar una cerilla? Con los diminutivos se crearon neologismos (nuevos términos), y cuando éstos se independizan se los llama "diminutivos lexicalizados", esto es, que ya tienen autonomía y van a su aire, como rodilla, o pastilla, o pasillo.
De este tipo de diminutivos lexicalizados, hay muchos en el latín botánico (creo haber mencionado ya la primula, "la primerita"). De entre los similares a gladiolo encuentro folíolo ("hojuela": pequeño folium), ostíolo ("puertecilla" o pequeño ostium: hace poco oí hablar del ostíolo por donde salía del higo la avispilla portadora del polen); pecíolo (o "piececillo"), aculéolo (o "pequeño acúleo") y muchos más.
Del mismo modo, gladiolus es el diminutivo de la palabra gladius "espada". En latín clásico gladiolus significaba "espadita", pero el significado botánico está ya en la encliclopedia de Plinio (21 65), donde se habla de floraciones y se afirma que el gladiolus comitatus hyacintho ("el gladiolo, acompañado del jacinto") florece después de la "anémona llamada limonia".
Por cierto que en la descripción del gladiolo se habla de sus hojas ensiformes: ¡natural!, con forma de ensis --otra palabra para decir en latín "espada".
En latín gladiolus es esdrúlula, con cuatro sílabas: /gla-dí-o-lus/ (-io- nunca es diptongo en latín). También en español deberíamos hacer la palabra esdrújula, aunque la reducción del hiato y el cambio de acento es lo regular: así ha pasado con el vitriolo (originalmente vitriolus o "cristalito") o con las vacuolas (en el Strassburger se encuentra la variante correcta, vacúolo, como que es el diminutivo de vacuum "vacío": vacuola es el plural, que, como en el caso de bacteria, la hemos tomado en castellano por un singular).
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Corrijo un error sobre el significado clásico de "gladiolus", puesto que ya Plinio el viejo (como se lee correctamente en la red) alude a la planta en 21 65 de su enciclopedia. Una confusión de notas me ha llevado a esa afirmación errónea. Hablando de floraciones, Plinio dice que después de la "anemone llamada limonia" florece "el gladiolo, acompañado del jacinto" (gladiolus comitatus hyacintho).
ResponderEliminarPor error afirmé en el texto que no me constaba que Plinio hubiera usado la palabra "gladiolus" para referirse a una planta. Tras corregir el error con el comentario anterior, no me quedo tranquilo manteniéndolo en el texto (yo mismo olvido leer los comentarios en otros blogs, por lo que imagino que otros muchos hacen lo mismo), así que lo corrijo también en la entrada.
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