lunes, 16 de julio de 2018

Melampyrum


Si por esas trochas se me pone a tiro un botánico competente, no paso la ocasión de preguntarle por esta o aquella planta, en espera de rápida y exacta respuesta.  No siempre los marmolillos entusiastas obramos con moderación, claro, y a menudo las preguntas son muchas o impertinentes, y aunque los floristas son una raza, por lo que tengo visto, de santísima paciencia, de cuando en cuando a alguno, sometido a inquisición, lo veo agitarse incómodo: la identificación es imposible sin flores, o sin frutos, o sin gafas...

Un amigo astuto suele cobrarse de mí cumplida venganza.  Pongamos que nos muestra una hierbita, el Melampyrum pratense...; de pronto se vuelve a mí con rostro cándido:  "Javier, ¿melampyrum...?"  Atacado en lo más plácido de mi contemplación, me sobresalto, me aturullo, comienzo a improvisar: "Melampyrum, melampyrum..." (primera fase de la respuesta: repetir tontamente); "¿pera negra?" (segunda fase: soltar lo primero que se te ocurre).

Con lo fácil que es decir "no sé".  Pero qué le vamos a hacer, tenemos ganas de ser útiles, de quedar bien con los amigos...  Luego, claro, llegar a casa, buscar como poseso (siempre repitiendo: "melampyrum, melampyrum" mientras se pasan las páginas del calepino):  ¡Toma!  ¡Si la palabra existe en griego clásico!: μελάμπυρον /me-lám-pyy-ron/ (la Y pronunciada como la U francesa) ya aparece en Teofrasto y en Dioscórides y significa...  Ah, esto ya es más peliagudo.  "Cierta planta que crece en el trigo".  Los diccionarios son como todo el mundo: tampoco lo saben todo.

El segundo elemento de melampiro parece ser la voz πυρός /pyy-rós/, palabra ya homérica que significa "trigo".  Para "trigo" a mí me sonaba σῖτος /síi-tos/ que se usa más en ático, me parece, y da la voz parasito (vulgo parásito), que viene a ser el que se clava a tu lado y se te come el pan.

El primer elemento de melampiro es sin duda el adjetivo griego que significa "negro": μέλας μέλαινα μέλαν (/mé-las mé-lai-na mé-lan/, así lo aprendíamos los helenistas en barbecho, recitando el masculino, el femenino y el neutro).  Es palabra de uso general, y ha dejado muchas huellas en nuestra lengua, desde la melanina a la Melanesia, pasando por las melenas (no las del pelo largo, sino las de sangre en las heces, síntoma tan ominoso como los del melanoma).

Pero mi palabra favorita con μέλας es melancolía, esto es, el carácter donde los cuatro humores hipocráticos andan desequilibrados por el lado de la bilis negra, la μέλαινα χολή /mé-lai-na jo-leé/: la expresión aparece ya en el Timeo.

Me estoy alargando demasiado; continúo en otro momento.  La foto la tomé cerca de Jaca, y es del bellísimo Melampyrum nemorosum, ssp catalaunicum.

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